jueves, 24 de mayo de 2012

Conferencia de Patricio Echegaray a 50 años del Mensaje a los argentinos del Che

24 de mayo de 2012

Camaradas:

Nos convocamos hoy, en este encuentro de la militancia del Partido Comunista y la FEDE de la zona metropolitana, como lo están haciendo miles de camaradas en otros actos en diversas zonas del país, para recordar la gesta del 25 de mayo de 1810, a sus jóvenes protagonistas, quienes iniciaron el camino de la independencia en nuestro país teniendo bien en claro, ya en esos tiempos, que la liberación nacional era impensable sin la emancipación continental, por lo que expandieron su espíritu liberador y jacobino a lo largo y ancho del continente.
Pero también, y principalmente, queremos hoy homenajear a una de las figuras fundamentales de los procesos de lucha por la segunda y definitiva independencia que desde hace décadas impulsan los pueblos en América Latina.
Hablamos de Ernesto Che Guevara.
De las diversas facetas, de los diversos aportes que nos ha legado el Che, hoy hemos decidido recordar a quien, además de ser un guerrillero heroico, un dirigente destacado de la revolución Cubana, un teórico marxista al que siempre hay que volver.
El Che fue también un político revolucionario que nunca perdió de vista lo que sucedía en su país, que conocía nuestros problemas y que supo leer, en el conjunto de la política argentina cual era el tema central del que debíamos ocuparnos, cuál era el talón de Aquiles del movimiento popular: la ausencia de unidad.
Por eso creemos que es de enorme importancia recordar su Mensaje a los argentinos del cual mañana, 25 de mayo se cumplen 50 años. Este fue el mensaje más concreto que realizó el Che a los argentinos desde La Habana, en 1962  ante un conjunto de cuadros entre los que se encontraban militantes del Partido Comunista Argentino, como Tabonasca y Rossi entre otros y peronistas de avanzada, como John William Cooke y Alicia Eguren.
Allí, el Che hizo referencia a lo que él consideraba el principal problema del campo popular argentino que era la dispersión, la desunión, la falta de encuentro entre los distintos sectores del campo popular.
En esta falta de unidad, el Che señalo una de las principales causas por las cuales el imperialismo había logrado frustrar los procesos de liberación nacional y social necesarios para concretar la segunda y definitiva independencia de nuestra patria.
Hoy, a 50 años de este importante mensaje, debemos reconocer que las palabras del Che tienen absoluta y urgente vigencia dado que aún cargamos como una deuda pendiente con nuestros pueblos: solucionar los temas de la unidad del campo popular.
Señalamos que es urgente resolver hoy estos temas y lo hacemos teniendo en cuenta tanto los peligros como las posibilidades que enfrentamos en la actual coyuntura política de nuestro continente.
Los peligros se relacionan con la llegada a nuestras costas de los efectos de la crisis mundial capitalista que indefectiblemente golpeará a los procesos progresistas que se llevan adelante en la región. En este contexto, y aprovechando las disputas que comienzan a desatarse por la llegada de la crisis, la derecha intentará recomponer posiciones y lanzar una contraofensiva sobre estos procesos.
Esto ya podemos percibirlo en nuestro país en sucesos como el ataque de los ruralistas a la legislatura bonaerense, buscando impedir la aprobación de un mínimo revaluó de sus propiedades y dejando una vez más en evidencia su inagotable codicia; podemos verlo en las amenazas sufridas en estos días por varios de los testigos en los juicios contra los genocidas militares y civiles de la última dictadura y el asesinato en Trelew de un testigo en un caso de violencia policial. Esta contraofensiva se manifiesta, también, en la provocativa visita de Álvaro Uribe a nuestro país y el precipitado anuncio de Daniel Scioli -a quien debemos considerar como el principal candidato del establecimiento- de sus intenciones de ser el candidato a presidente por el PJ en 2015.
No hay dudas de que en el terreno de la lucha contra la avanzada de la derecha más vale prevenir que curar.
Luego de creerse triunfadora tras el conflicto por la 125 y las elecciones del 2009, la derecha sufrió un duro golpe electoral en el 2011 y hoy, con la llegada de la crisis, y el siempre presente apoyo de la embajada norteamericana, busca tomar fuerzas para recuperar posiciones.
Por eso debemos prepararnos, actuar y movilizarnos como lo hicieron los compañeros que han actuado enfrentando en la Provincia de Buenos Aires la movilización de los ruralistas y su ataque a la legislatura por lo cual los queremos felicitar.
Todo esto se da en el contexto de una fuerte ofensiva imperialista sobre la región, donde las bases militares norteamericanas ya llegan a 47 incluyendo la que se está instalando el Chaco, la base de la OTAN en Malvinas, la activación de la IV Flota. Todo esto como muestra de la ofensiva en el terreno militar que es complementada en lo político con la propuesta de Alianza Igualitaria lanzada inicialmente a los países del Pacífico latinoamericano, la coordinación continental de los grandes monopolios de la información que operan constantemente contra los gobiernos progresistas en esta época en la que se va conformando un unipolarismo militar por parte de EEUU, en convivencia con un multipolarismo político y económico como producto de la crisis capitalista y los cambios que han tenido lugar en el sistema internacional.    
Frente a esta situación el planteo de unidad del Che presente en el Mensaje a los argentinos de 1962 que hoy recordamos y refrendado en el Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental, en abril de 1967, cobran una fundamental vigencia frente a la contraofensiva del imperio y la derecha, y nos vuelve a enfrentar con esta asignatura pendiente que es la unidad del campo popular.
Recordemos lo que nos decía el Che en ese Mensaje:

Todo es parte de una sola lucha, y es verdad cuando el imperialismo lo llama con un denominador común, porque aún cuando las ideologías cambien, aún cuando uno se reconozca comunista, o socialista, peronista, o cualquier otra ideología política en determinado país, sólo caben dos posiciones en la historia: o se está a favor de los monopolios, o se está en contra de los monopolios. […] Todos los que luchamos por la liberación de nuestros pueblos luchamos al mismo tiempo, aunque a veces no lo sepamos, por el aniquilamiento del imperialismo. Y todos somos aliados, aunque a veces no lo sepamos, aunque a veces nuestras propias fuerzas las dividamos en querellas internas, aunque a veces por discusiones estériles dejamos de hacer el frente necesario para luchar contra el imperialismo. Pero todos, todos los que luchamos honestamente por la liberación de nuestras respectivas patrias, somos enemigos directos del imperialismo. En este momento no cabe otra posición que la de lucha directa o la de colaboración. Y yo sé que ninguno de ustedes es colaborador del enemigo”

Estas palabras tienen hoy plena vigencia.
Por eso los comunistas nos comprometemos a seguir y acentuar la lucha por conseguir la unidad del campo popular, por la constitución del Frente de Liberación Nacional y Social que venimos proponiendo desde hace años.
En este sentido vemos algunos datos que nos alientan.
Nos alienta la reunión de Mar del Plata de fin del año pasado en donde nos reunimos para celebrar el aniversario del entierro del  ALCA en donde Kirchner jugó un gran papel en acuerdo con Chávez y Fidel y los demás presidentes progresistas de la región, y decidimos constituir un Foro Antiimperialista permanente entre las distintas fuerzas allí presentes.
También nos alienta la constitución del Frente Nacional por la Soberanía Energética, FRENASE, que ahora se ha creado en la Provincia de Buenos Aires, en Jujuy y está en proceso de conformación en todo el país para enfrentar uno de los desafíos más importantes que tenemos como lo es la recuperación de la Soberanía Energética, tema que debemos tomar con toda seriedad luego de que las medidas tomadas en YPF abrieran un importante puerta para avanzar decididamente en la plena recuperación de la empresa la cual, insistimos, debe ser recuperada como empresa pública y no como sociedad anónima.
Nos alienta el acto por el 1º de mayo que realizamos desde la CTA en la Federación de Box.
Y nos alienta especialmente un acto y un mensaje como el que se dio en Vélez Sarsfield. Sabemos que puede haber varias interpretaciones de ese acto, pero nosotros interpretamos el llamado a la unidad y a la organización como el llamado a la construcción de un Frente en el sentido en que lo planteaba el Che Guevara.
Y es en este sentido, con esta óptica, con la que realizamos nuestra caracterización del gobierno, cuyos logros hemos apoyado con claridad desde nuestra autonomía política, y desde esta perspectiva valoramos la actitud que en ese acto tuvieron La Campora, La Evita, la Kolina y los diversos sectores kirchneristas que estuvieron allí presentes, ya que los sectores más avanzados del gobierno están llamados a jugar un importante papel en este proceso de unidad.
De la construcción y del contenido de este acto, surge la señal de que se va comprendiendo que las dificultades de la etapa y los desafíos planteados exceden las fuerzas de cualquier partido o agrupamiento por sí sólo y por mas grande que sea.
Se va evidenciando que la convergencia de diversos sectores y la pluralidad, marcan el camino de la acumulación de poder necesaria para mantener abierto el proceso en marcha e impulsarlo hacia adelante en esta etapa difícil y compleja.
Una exigencia para lograr la fortaleza y durabilidad de esta unidad, pasa por entender como elementos legitimadores de la misma al debate y la disputa, en una relación democrática y no subordinada entre sus integrantes.
Para lograr esto, resulta indispensable llegar a acuerdos en un debate ideológico que deje atrás el macartismo, el antiperonismo y el oportunismo que tiende a pensar la unidad como un proceso de mimetización bajo la hegemonía de la fuerza predominante.      
Nosotros, con este enfoque y desde nuestra cultura política llamamos unir fuerzas, a trabajar y a darle consistencia a la unidad de los sectores populares de carácter antiimperialista.
¿Por qué no podríamos hacerlo? ¿Quien nos lo puede impedir? Nadie
La unidad es inseparable del debate, de la disputa. Y nosotros tenemos un debate con los sectores de izquierda que  para justificar su prescindencia, sostienen que aquí sólo hay una lucha interburguesa y  atacan al gobierno argentino -y a otros gobiernos progresistas latinoamericanos- para terminar, como ocurrió con la 125, en el Monumento de los Españoles, junto a los sectores más reaccionarios del país.
También tenemos un debate con los sectores socialdemócratas agrupados en el FAP que, luego de haber coqueteado con la oligarquía por la 125, hoy, en concordancia con la debacle en que ha caído de la socialdemocracia en el mundo luego de haber asumido la administración de los modelos neoliberales y los dictados del FMI, desmantelando los Estados de Bienestar por ellos creados hace décadas en Europa, han quedado encerrados en la lógica burguesa de reducir la política y sus alianzas a un posicionamiento electoralista entre oficialismo y oposición.
La constitución del Frente que proponemos nos otorgaría indiscutiblemente más fuerza para enfrentar a la derecha, para defender lo logrado en estos años y sobre todo para avanzar decididamente sobre lo que falta, ya que solo avanzando, y avanzando firme y audazmente en el camino de las tareas aun pendientes podremos frustrar los planes restauradores que abrigan la derecha vernácula y el imperialismo.
Una de las leyes fundamentales para defender los procesos latinoamericanos y entre ellos el argentino es: avanzar, avanzar y avanzar y no se puede pensar que sólo con mayorías electorales –que no por caudalosas dejan de estar permanentemente acechadas por su transitoriedad- se pueden defender y profundizar estos procesos. Hay que construir el sujeto popular que los sustente y los impulse.
Hasta ahora, los procesos latinoamericanos han realizado la importante tarea de limar los perfiles más duros del neoliberalismo. Esto ha sido muy importante, pero en esta nueva etapa se trata de avanzar hacia cambios estructurales en el sistema, lo cual nos enfrentara a obstáculos y resistencias cada vez más duros ya que avanzar en este sentido es atacar la estructura misma del capitalismo.
Como decíamos anteriormente, es conocida nuestra defensa de los logros del gobierno, defensa que hacemos desde lo nacional y desde la perspectiva del proceso en el plano continental. Y desde esta postura, desde el más absoluto realismo y no desde una impaciencia voluntarista, es que sostenemos que es imprescindible profundizar y radicalizar los cambios estructurales que nuestro país necesita imperiosamente.
Lo decimos una vez más, como somos aliados leales y vamos de frente, defendemos los importantes logros alcanzados sin dejar de reconocer y reclamar todo lo que falta, mirando con un ojo a América Latina y valorando la importancia del papel del gobierno en el proceso de integración, y siguiendo atentamente, con el otro ojo, el peligro que representa el espacio que se va confirmando como oposición en el país, cuyo triunfo solo puede representar un peligroso retroceso.
Por eso necesitamos cada vez más fuerza, más unidad y más organización.
¿Cómo debe ser este Frente?
Nuestra política y nuestra inalterable voluntad frentista se expresa hoy en el Frente Nuevo Encuentro, que es un frente de carácter electoral al que buscamos desarrollar y perfeccionar en el camino de lo que realmente necesitamos, un gran Frente de carácter estratégico.
El mismo debe contener a las distintas ideologías y a las distintas corrientes en que se agrupan las ideologías en la Argentina: el marxismo socialista, comunista; el nacionalismo popular revolucionario, el cristianismo revolucionario y los diversos sectores antiimperialistas. Un Frente que agrupando estas identidades con amplitud y profundidad, vaya transformando al sujeto social en sujeto político.
En la conformación de este sujeto plural, la clase obrera esta llamada a ocupar un lugar central en alianza con sectores medios de la ciudad y el campo, los estudiantes y los intelectuales.
Este sujeto pueblo deberá asumir la responsabilidad de dar todos los debates necesarios en un marco unitario y a la vez, en disputa con los demás integrantes del Frente, jugar un papel central en las políticas del mismo y evitar que éste quede sujeto  a las vacilaciones de un progresismo burgués con el cual seguramente compartiremos importantes tramos del camino, pero que, por su carácter posibilista, no apuesta las verdaderas transformaciones de fondo que los problemas nacionales requieren.
¿De qué forma deberíamos unirnos?
Tenemos una fuente de inspiración en la experiencia del Frente Amplio Uruguayo con su estructura de movimiento y de coalición de partidos al mismo tiempo, respetuoso de las identidades políticas y partidarias preexistentes a la vez que va generando una nueva cultura política frentista basada en una gran amplitud y en una solida profundidad programática.
Esta profundidad programática resulta central, y en este aspecto, los comunistas tenemos en claro cuáles son las tareas impostergables que hay que impulsar para sostener y profundizar este proceso y que las hemos ido desarrollando en los documentos partidarios del Hotel Castelar:

1-   Profundización y fortalecimiento de la Integración latinoamericana.

A través de la CELAC, del Mercosur, de la UNASUR, del Grupo de Río, de la puesta en marcha, a esta altura imprescindible, del Banco del Sur, de una asociación con  el ALBA y el Tratado de Comercio de los Pueblos y de la creación y fortalecimiento de toda clase de mecanismos de integración que tiendan a unificar económica, social y políticamente toda la región con articulaciones laborales, productivas y de cooperación científica desarrolladas en cada país. De este modo podríamos atemperar y aún superar los efectos de la mega crisis que sufre el mundo.

2-   Distribución de la riqueza y reforma impositiva.

Esto implica el aumento de los salarios, las jubilaciones y pensiones para todos y una profunda reforma impositiva que, afectando las grandes fortunas y las utilidades empresariales, haga realidad el principio de progresividad (no puede ser que el IVA continúe siendo la principal fuente de recaudación mientras existen grandes riquezas y ganancias que se mantienen exentas de tributar o que se recauden “ganancias” en los sueldos de los empleados en general.)

3-   Recuperación de la plena soberanía del Estado sobre el patrimonio nacional enajenado, de nuestros recursos naturales y de nuestro territorio.

 Con esto lograríamos poner a disposición de un desarrollo nacional armónico, y disfrutable por todo el pueblo, la renta de la cual hoy se apropian en su mayoría monopolios extranjeros que remesan sus grandes ganancias a las metrópolis del norte. El petróleo, el gas, la minería, los recursos naturales en su conjunto, las empresas de servicios públicos malvendidas en los 90, deben volver a estar al servicio de la sociedad y no del afán de lucro y de las especulaciones de compañías transnacionales.
En este sentido el tema de recuperar nuestra soberanía sobre las Islas Malvinas ocupa un lugar central entre las tareas que debemos plantearnos, ya que esta es una causa latinoamericana y antiimperialista que abarca la problemática de las reservas naturales y energéticas existentes en la zona y la necesidad de emprender una inmediata desmilitarización de la zona para garantizar la paz y la seguridad de los pueblos de la región. 
Por todo esto apoyamos e impulsamos las políticas llevadas adelante por el gobierno por la recuperación de la soberanía sobre nuestras Islas Malvinas.

4-   Transformación del sistema financiero.

En este sentido, pedimos la anulación de la ley de entidades financieras vigente desde la última dictadura militar y defendemos que la actividad financiera es un servicio público orientado a satisfacer las necesidades transaccionales, de ahorro y crédito de todos los habitantes de la Nación, y contribuir a su desarrollo económico y social.

5-   Impulsar el Desarrollo rural y la Reforma Agraria

Consideramos imprescindible impulsar el desarrollo rural a través del debate parlamentario y la aprobación de un paquete de leyes imprescindibles, como la ley contra los desalojos rurales, la ley contra las fumigaciones, profundizar la ley contra la extranjerización de la tierra y nacionalización de las ya extranjerizadas, la creación de organismos de control e intervención estatal, como JNG y JNC, la reglamentación del uso y tenencia de la tierra, los planes de desarrollo sustentable,  orientados hacia el cambio progresivo y gradual del modelo productivo hegemónico, mediante una ley de desarrollo agrario nacional. Todo esto manteniendo firme la convicción sobre la necesidad de llevar adelante una profunda reforma agraria que entregue la tierra a quienes la trabajan, a las comunidades campesinas y los pueblos originarios.

 6-   Promoción de la economía social.

Resulta fundamental en todo proyecto transformador dar un fuerte impulso a la expansión del mercado interno popular a través de una verdadera redistribución de ingresos hacia abajo y un decidido apoyo a las empresas populares como cooperativas, fábricas y empresas recuperadas, emprendimientos familiares y una fuerte promoción de las PYMES.

 7-   Profundización democrática

Debemos sumar la voluntad política necesaria para aprobar leyes que hagan ejecutables los Convenios sobre Desaparición Forzada de Personas y de Prevención del Genocidio (aprobado en 1948!) y establecer una estrategia estatal unificada que permita acelerar los juicios, unificarlos y apuntarlos hacia el Poder Real, o sea, las clases dominantes que sostuvieron y se beneficiaron del Genocidio.
También debemos avanzar en la modificación del Código Penal y terminar con una cultura represora que es la que ampara la prepotencia represiva y a menudo criminal de las Policías provinciales y la Federal, la Gendarmería, la Prefectura y los miles de efectivos irregulares que revistan en las agencias privadas de seguridad regenteadas (y así lo exige la Ley) por ex militares. Voluntad política para modificar estructuralmente el sistema político exactamente en la dirección opuesta a la que establece la actual Ley de Partidos Políticos que aprobaron radicales y PJ: se trata de ampliar y facilitar la representación popular, de hacer efectivos los nuevos mecanismos participativos como la iniciativa popular y el plebiscito establecidos en los artículos 39 y 40 de la Constitución Nacional y que a 18 años de su sanción aún no han sido reglamentados.   
En este sentido es fundamental que pongamos en marcha diversos mecanismos de consulta popular que resultarían de enorme importancia para legitimar las medidas transformadoras. Un ejemplo de esto es el valioso proceso de Foros, debates y propuestas con el que se elaboró la Ley de Medios. Esto debería servirnos como ejemplo para impulsar un proceso similar en el debate sobre la  Reforma Tributaria que necesita nuestro país.
Democratización que, además, exige derogar la Ley Antiterrorista perfeccionada y sostenida por el gobierno en consonancia con los intereses de los EEUU. En este sentido reivindicamos haber presentado rápidamente un Proyecto de Derogación de la Ley antiterrorista en el Parlamento y nos comprometemos a redoblar los esfuerzos para alcanzar este objetivo.
Proponemos estos ejes de acción programática no sólo porque entendemos que hay que avanzar contra el neoliberalismo sino porque nos proponemos avanzar en dirección a un debate sobre el poscapitalismo, sobre el socialismo, sobre la necesidad de llevar adelante una Revolución Socialista de Liberación Nacional.
Esto nos impone el desafío de lograr la unidad, una unidad basada en el Poder Popular y a esto queremos aportar los comunistas, y lo estamos haciendo. Pero queremos aportar cada vez más, y lo queremos hacer desde nuestra cultura, la cultura comunista en la que se inscribe el Mensaje del Che a los argentinos, ya que estamos seguros que la misma puede enriquecer este proceso.
En ese sentido debemos ser conscientes de las exigencias que esto nos plantea. Primero, debemos valorar el proceso de todos estos años en que hemos resistido sin fisuras a los discursos del fin de la historia, fin de las ideologías, que significó defender al PC, los ideales comunistas y el acervo doctrinario del marxismo, sin el cual no hay crítica de fondo al capitalismo ni construcción efectiva de alternativas y proyectos superadores del mismo. Debemos valorar que hemos logrado que el PC siga existiendo, que sea un Partido nacional, un Partido que conserva sus vínculos internacionales; no sólo los vínculos sino también el reconocimiento de todo el movimiento revolucionario y de avanzada internacional por nuestra inclaudicable vocación antimperialista y por el heroísmo de nuestros militantes tanto dentro como fuera de nuestro país.
Haber logrado esto es la base desde donde debemos plantearnos crecer y están dadas las condiciones para hacerlo.
Las condiciones están dadas por la crisis capitalista, por la situación latinoamericana, por la resurrección del marxismo y porque hemos sostenido una estructura nacional, los que nos impone el crecimiento partidario como un imperativo real y posible en esta etapa.
Para concretar este objetivo, debemos tener una voluntad planificada de crecimiento dirigida al conjunto de la sociedad pero claramente concentrada el movimiento obrero y los estudiantes.
Esto significa unidad del Partido. La unidad del Partido es algo de enorme importancia que abarca aspectos no sólo organizativos, sino también ideológicos, políticos y éticos. Por eso la unidad debe ser un objetivo concreto y cotidiano de cada militante.  
Nuestra propuesta de unidad del campo popular debe ser respaldada con unidad al interior de nuestro partido. Unidad que se enriquece con el debate dentro del partido, que nos fortalece para actuar unitariamente en el marco de la gran unidad de todo el pueblo, como recomendaba el Che.
Por eso crecer significa también,  abrir generosamente las puertas a todos los compañeros que están volviendo al partido, en el cual habían dejado de militar por distintas circunstancias pero al cual hoy están volviendo.
Y, sobretodo, abordar decididamente a las nuevas generaciones de obreros, de estudiantes, de intelectuales que nos dieron un enorme respaldo en este último periodo y se han incorporado por miles al Partido dándonos la posibilidad de ser un Partido nacional aún en las condiciones restrictivas que plantea la nueva ley de Partidos vigente.
Debemos fortalecer al Partido y la FEDE para lograr la fuerza necesaria para impulsar la unidad y enfrentar al neoliberalismo, sabiendo que de esta forma estaremos enfrentando al capitalismo en su conjunto.
No se puede esperar que sólo de los gobiernos salgan las propuestas superadoras y las iniciativas a seguir. La construcción de alternativas no puede esperarse de los gobiernos que ante todo, enfrentan los desafíos de la administración del Estado y que suelen limitar su accionar dentro de los parámetros que permite el sistema capitalista. La alternativa para el momento actual debe salir de una propuesta Frentista, amplia, profunda, que construya poder popular y sostenga y a la vez impulse resueltamente a los gobiernos a avanzar en las transformaciones de fondo.
En esto juega un papel muy importante el incremento de la participación política de la juventud en nuestro continente.
Esto lo vimos el 24 de marzo en nuestro país, está presente en la lucha de los estudiantes chilenos, en la marcha Patriótica en Colombia, en la reciente movilización de la juventud mexicana en el Zócalo y en Tlatelolco, donde se produjo la matanza de estudiantes en 1968 y lo verificamos en nuestra última campaña de afiliación, donde la mayoría de las más de 20.000 fichas obtenidas corresponde a compañeros y compañeras jóvenes.   
A esta construcción nos comprometemos los comunistas, y sabemos que tenemos mucho que aportar.
Lo que ha fracasado en la Argentina, como está fracasando en Europa es el capitalismo, y no hay ningún tipo de capitalismo, serio, de tercera vía o como se lo quiera llamar, que nos pueda sacar de esta crisis.
Por eso planteamos avanzar en el debate sobre una sociedad poscapitalista, socialista en el sentido que lo planteaba Mariátegui, original, nunca copia, un socialismo como creación heroica de los pueblos latinoamericanos.
Este es el camino por el cual podremos avanzar hacia la felicidad plena y hacia la solución de los problemas de nuestro pueblo.
Esto tiene como requisito insustituible la unidad, y una unidad articulada, organizada, construida por abajo ya que tiene que ser una unidad en función de un nuevo tipo de poder, de poder popular.
La desunión no sólo nos amenaza con el estancamiento, sino que lo hace con algo peor que es la vuelta al pasado. Solo la unidad puede llevarnos al futuro, como decía el Che: Si supiéramos unirnos, que bello seria el futuro y que cercano.

¡Muchas gracias!


miércoles, 23 de mayo de 2012

A 50 años del Mensaje a los argentinos del Che


Acto político del Partido Comunista Argentino, a 50 años del Mensaje del Comandante CHE Guevara a los Argentinos, su vigencia y proyección.
Habla Patricio Echegaray
Jueves  24 de Mayo -  19hs
Federación de Asociaciones Gallegas
Chacabuco 955 – CABA
Los esperamos

domingo, 20 de mayo de 2012

Conferencia en el CEFMA

El martes 22 a las 19hs. los invitamos a la Conferencia de Stella Calloni en el CEFMA cuyo título es: América Latina y Medio Oriente en el contexto de la crisis capitalista mundial.
Los esperamos en Av. Callao 274

jueves, 17 de mayo de 2012

El martes 15 de mayo realizamos la Primera de las conferencias Inaugurales del CEFMA con la presencia de Atilio Boron
Gracias a todos los presentes y los esperamos en nuestras próximas actividades

Inauguración del CEFMA en TeleSur

viernes, 11 de mayo de 2012

Invitación

El próximo martes 15 de mayo a las 19hs. en nuestra sede de Av. Callao 274 de la Ciudad de Buenos Aires, inciamos las actividades del Centro de Estudios y Formación Marxista Héctor P. Agosti.
Los invitamos a asistir a la Conferencia Inaugural: El marxismo en las luchas anticapitalistas de hoy, a cargo de Atilio A. Boron.
Para conocer más del CEFMA pueden visitar: www.elcefma.blogspot.com.ar